George Harrison en la India

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Fuera y dentro de los Beatles, el guitarrista confeccionó música embriagadora Su influencia fue más allá de la psicodelia: hasta colocó mantras en las listas de éxitos.

 

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No fue el primero en hacer tandoori pop pero sí resultó decisivo. En 1965, George Harrison descubrió la música clásica de la India y comenzó el aprendizaje del sitar. Un instrumento que así entró en el pop, al igual que la tambura y la tabla. Por no hablar del mismo concepto de raga y las religiones del subcontinente indio.

En el círculo íntimo de los Beatles, Harison tuvo un cómplice inesperado. George Martin ya había usado la música india a finales de los cincuenta, cuando producía a Peter Sellers: en The Goons, su agrupación humorística para la radio, Sellers ya imitaba el acento y la sintaxis de los indios más anglófilos; una parodia que llevaría al cine con El guateque.

El programa recoge la presencia de los sonidos hindostánicos en los Beatles. Que comenzó en el score cinematográfico de Help! y que desembocaría en las tres extraordinarias piezas de estructura india que Harrison aportaría al cancionero de los Beatles. Dejamos aparte “Norwegian wood”, que finalmente era una composición de Lennon con adornos de sitar.

George se sumergió de cabeza en ese universo sonoro y pronto pudo dialogar con los músicos hindúes, tanto en Londres como en Bombay. Hasta la India acudió para grabar parte de la banda sonora de Wonderwall (1968), una fantasía sobre el swinging London iluminada por la presencia de una Jane Birkin que todavía no había encontrado a Serge Gainsbourg…

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Portada de “Wonderwall”

Hoy, Wonderwall es recordada esencialmente por haber inspirado el título de uno de los grandes éxitos de Oasis. Sin embargo, elsoundtrack es una de las cumbres olvidadas de la era psicodélica: Harrison trabajó con instrumentistas de Bombay pero también con amigos como Eric Clapton, Ringo Starr o The Remo Four. Entre otras maravillas, Wonderwall incluye “Dream sequence”, un collage que se adelantó unos meses al “Revolution 9” lennoniano.

Y urge recordar la apertura mental de los años sesenta, que permitió que se colaran en las listas de éxitos los cantos de los hare krishna. Por obra y gracia de George Harrison, que grabó aquellas músicas ancestrales con leves y elegantes arreglos rock. Otro de los tesoros desconocidos del sello Apple.

Aunque su música posterior transcurrió por rutas occidentales, Harrison siguió fascinado por los sonidos de la India. En Angel Records y en su propio sello, Dark Horse, George produjo discos audaces con su amigo Ravi Shankar y su familia. Pero esos trabajos caen fuera de los años sesenta y merecen otro programa.